Desde tiempos primitivos hombres y mujeres necesitaron no sólo reconocer su propio entorno sino, además, representarlo, con el fin de orientarse y realizar sus actividades cotidianas; para ello usaron distintos materiales.
Las primeras representaciones del ambiente que los rodeaba fueron elaboradas con barro cocido. Antes de que el mundo estuviera cartografiado como en la actualidad, las personas sólo conocían su propio hábitat. Un claro ejemplo de esto es una maqueta elaborada en arcilla que muestra el mapa más antiguo del mundo, hecho en Babilonia (Irak) hace más de 3000 años, en el cual se puede apreciar un círculo exterior que marca el océano, mientras que el lugar habitado se ubica en el centro.
Luego de los babilonios, los griegos trazaron mapas mejor diseñados. Pero fue en la época de los grandes descubrimientos geográficos, es decir, hace sólo 500 años, cuando la cartografía —que es la ciencia que se encarga de la confección de mapas— inicia un fuerte desarrollo. Ello fue posible gracias al avance de ciencias auxiliares de la geografía, como la cosmografía y las matemáticas, que permitieron representar los distintos lugares del planeta con mayor precisión y realismo.
A partir del siglo XV, el empleo generalizado de la brújula hizo crecer el interés de los europeos por las cartas náuticas o portulanos, que eran mapas de navegación utilizados por los navegantes que se aventuraban a explorar nuevos territorios. En esa época se hicieron famosas las escuelas de cartógrafos de Génova, Venecia y Florencia, Mallorca y Portugal. Esas representaciones, denominadas portulanos, no consideraban las coordenadas geográficas, sino que sólo señalaban con exactitud las costas, las que delineaban a medida que las iban explorando y observando, Las tierras existentes hacia el interior se trazaban esquemáticamente.
Los descubrimientos geográficos del siglo XVI revolucionaron la concepción que hasta entonces se tenía de la superficie terrestre y, en consecuencia, dieron un gran impulso a la cartografía. Fue entonces cuando el cartógrafo alemán Martin Waldseemüller (1470 – 1521) representó por primera vez al continente americano recién descubierto, al que puso el nombre de América en honor a Américo Vespucio.
Ya en la primera mitad del siglo XVII se realizaron los primeros mapas en los que aparecían ángulos de declinación magnética y hacia el 1665 en las cartas ya se mostraban las corrientes oceánicas. El siglo XVII fue de gran importancia, ya que, se establecieron los principios científicos de la cartografía y las inexactitudes más notables de los mapas quedaron constreñidas a las partes del mundo que aún no se exploraban.
A finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII La Academia de las Ciencias de Francia comenzó a trabaja en el perfeccionamiento de la geografía astronómica y matemática y enviaba a viajeros aislados o comisiones a diferentes partes del Globo, con el objetivo de corroborar datos existentes y agregar nuevos datos a la cartografía. También se pudo comprobar la exactitud de la teoría newtoniana acerca del achatamiento del globo terrestre.
La cartografía sufrió muy pocos cambios a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, pero ya en el siglo XX y XXI la cartografía presento una serie de innovaciones importantes como: la fotografía aérea (ortofotomapa), el uso de satélites que permitió explorar prácticamente la totalidad de la tieera. Sin duda la cartografía de hoy en día es mucho más efectiva y rápida. A pesar de los grandes avances técnicos y de los conocimientos cartográficos, quedan por realizar estudios y levantamientos topográficos y fotogramétricos de grandes áreas de la superficie terrestre que no se han estudiado en detalle.
Texto extraido LIBRO DE CIENCIAS: "Estudio y Comprensión De La Sociedad".
http://es.wikipedia.org/wiki/Mapa
http://es.wikipedia.org/wiki/Cartograf%C3%ADa
"Es Profesora de Geografía en la Universidad de Dublín desde 1991. Estudio Latín, Matemáticas y Geografía antes de obtener su doctorado en Geografía en la Universidad de Washington (Seattle) en 1965 y desde entonces ha impartido cátedra en Bélgica, Canadá, Francia, Escocia, Suecia y Estados Unidos. Sus publicaciones incluyen temas de espacio social, planeación urbana e historia de las ideas y asuntos ambientales. Algunas de sus contribuciones han sido traducidos a varios idiomas, entre ellos alemán, francés, holandés, japonés, lituano, polaco, portugués, ruso, español y sueco. En su papel de Presidente de la UGI la Prof. Buttimer está convencida que los geógrafos pueden promover un diálogo cultural entre especialistas de las ciencias naturales y las humanidades, en temas relativos al desarrollo sustentable y el establecimiento de mejores sistemas de vida para la humanidad en nuestro planeta."
